DÍA INTENSIVO
Es nuestro penúltimo día de clase antes del debate, puesto que tenemos entre medio el fin de semana, en el que no podremos acudir personalmente a los profesores para cualquier duda que nos surja. Por este motivo, hemos decidido aprovecharlo al máximo: nuestro plan incluye entregarnos a la preparación del debate desde las 12 hasta las 18 horas.
Al tener clase de valenciano con Arantxa, ésta nos ha dejado salir del aula y dirigirnos a la sala de ordenadores para pasar el borrador final a ordenador e imprimirlo para memorizarlo durante el fin de semana.
En el ambiente se puede percibir claramente que estamos muy cerca de participar en el primer debate: las risas y la despreocupación de los primeros meses no se ven en ningún lado. En cambio, reina el silencio mientras intentan memorizar sus partes o teclean en los ordenadores para perfeccionar las partes que ven más débiles.
A las 13 horas, nuestra aula de informática estaba reservada para los alumnos de primero de Bachiller y tuvimos que abandonarla. Como Neus y Paula necesitaban los ordenadores porque no habían terminado de redactar, nos fuimos a comer para poder volver al aula a las dos del mediodía, pues entonces estaría vacía.
Una vez hubimos terminado, fuimos a un aula vacía donde nos reunimos con los profesores, que hicieron de público mientras María, Paula, Neus y Ana ensayaban, y además, pusimos a punto todos los carteles que necesitábamos para presentar las evidencias, y las cuartillas con los apuntes.
Nos fuimos a casa con más tranquilidad y con todo el fin de semana por delante en el que, según me han contado, ensayaron las dos posturas frente al espejo o frente a sus familiares, hasta que interiorizaron el discurso.
A las 13 horas, nuestra aula de informática estaba reservada para los alumnos de primero de Bachiller y tuvimos que abandonarla. Como Neus y Paula necesitaban los ordenadores porque no habían terminado de redactar, nos fuimos a comer para poder volver al aula a las dos del mediodía, pues entonces estaría vacía.
Una vez hubimos terminado, fuimos a un aula vacía donde nos reunimos con los profesores, que hicieron de público mientras María, Paula, Neus y Ana ensayaban, y además, pusimos a punto todos los carteles que necesitábamos para presentar las evidencias, y las cuartillas con los apuntes.
Nos fuimos a casa con más tranquilidad y con todo el fin de semana por delante en el que, según me han contado, ensayaron las dos posturas frente al espejo o frente a sus familiares, hasta que interiorizaron el discurso.
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