DEBATE CONTRA ´DOMUS'

Con un nuevo equipo, nos disponemos a realizar el tercer y último debate antes de las semifinales. Como siempre, estuvimos practicando en el salón de actos hasta que llegó la hora de ir a Godella, donde se encuentra el colegio Domus School. Varios profesores, tanto presentes como pasados, junto con los jefes de estudios de Primaria y Secundaria y nuestros padres, se encargaron de llevarnos allí con sus coches.


El debate dio comienzo con diez minutos de retraso, por lo que les dio tiempo de sobra a las integrantes de nuestro equipo para organizar las evidencias e, inevitablemente, ponerse un poco más nerviosas. Desde donde me encontraba, podía ver que Gala era la que peor lo estaba pasando, y esperé que, cuando llegara el momento de su refutación, el miedo desapareciera para su propio bien y el del equipo.

Con respecto al otro equipo, no tengo nada más que comentar aparte de que su gran amabilidad me cogió desprevenida. Todos los alumnos del colegio se acercaron a hablar con nosotras cuando finalizó el debate, y me dio la sensación de que en vez de ser 'rivales', en cierto modo era como si comenzáramos a ser amigos. Compartimos experiencias con otros institutos con los que habíamos coincidido y felicitamos al equipo contrincante por cómo lo habían hecho. En resumen, no pudo haber sido más satisfactorio.

La primera de nuestro equipo en debatir fue Júlia, y debo decir que me sorprendió muchísimo, pero gratamente. En exposiciones orales delante de nuestro curso, había visto que le costaba mucho mantener los nervios bajo control. Esta vez no fue así: irradiaba seguridad, fuerza y energía, y dejó a todos boquiabiertos.

María, como siempre, argumentó nuestra postura (en contra de la censura en los medios de comunicación) y pudimos observar aquellos que habíamos atendido a todos los debates su trayectoria y la mejoría en la forma en que hablaba.



Desde el momento en que se levantó, todos vimos que Gala estaba muy nerviosa. Se quedó en blanco varias veces, y su refutación no fue nada comparado con la que hacía en nuestras clases de Oratoria. Los nervios fueron muy malos aliados para ella, pero la parte positiva es que ya ha hecho su primer debate y, a partir de aquí, sólo queda mejorar.

Por último, nuestra arma secreta, también conocida como Neus, brilló como acostumbra a hacer en la conclusión del debate. Fue tal la calidad de su discurso que la profesora de Oratoria del Domus se acercó a felicitarla.



El debate estuvo tan igualado que la incertidumbre sobre quién iba a ganar estaba presente entre todos los espectadores. Por fin, el juez volvió con el veredicto. Perdimos por un punto, pero recalcó que, en realidad, ambos habíamos debatido de manera excelente y le había resultado difícil decidir.

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